
VUELVE CASA ATLÁNTICA A MADRID
El Atlántico no solo se contempla, también se vive. Y del 26 al 29 de junio,...
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El Atlántico no solo dibuja nuestro paisaje, moldea nuestra manera de hacer vino. Su carácter, su brisa, su sal, su humedad, pero también su energía indomable se cuela entre nuestras viñas conformando la identidad de Mar de Frades.
Te invitamos a descubrir cinco razones por las que la fuerza atlántica define el alma de nuestros vinos.
1. El clima Atlántico, la elegancia de nuestros vinos
El clima húmedo, con lluvias frecuentes y temperaturas moderadas crea un entorno perfecto para una maduración lenta de la uva. Un clima que se traduce en vinos con una acidez vibrante, aromas cítricos y florales, y una elegancia inconfundible.
2. Los suelos del Valle del Salnés, un terroir con historia
Graníticos, bien drenados y ricos en minerales, el terroir gallego bañado por el Atlántico es una joya natural. Sus suelos, formados principalmente por granito descompuesto, son una de las claves del carácter inconfundible de nuestros albariños. Las raíces de nuestras cepas extraen de estos suelos una mineralidad compleja que se suma a la influencia del Océano Atlántico para crear unos vinos con una identidad tan marcada.
3. La acidez de nuestros vinos, nuestra esencia atlántica
La influencia del clima atlántico se traduce en vinos frescos, vivos y longevos. Esa acidez natural, tan característica del Albariño de Mar de Frades, no es una casualidad: es el reflejo de un paisaje húmedo, de mañanas cubiertas de niebla y tardes bañadas por el sol del norte. Es esa frescura la que convierte cada vino en una experiencia auténticamente atlántica.
4. La brisa atlántica: salinidad y carácter
Los vientos del Atlántico transportan sal y yodo, que influyen en la piel de la uva y dejan una huella sensorial, esa nota mineral y ligeramente salina que hace tan especiales a nuestros vinos. Esa sutil nota salina que aparece en boca es puro sabor atlántico.
5. La filosofía Atlántica de Mar de Frades
Ser fieles al entorno es nuestro principio: libertad, autenticidad y respeto por la naturaleza. La inmensidad del Atlántico inspira nuestra libertad. Nuestros vinos no solo nacen junto al mar; nacen del mar. La uva Albariño, cultivada junto al mar, alcanza su máxima expresión cuando la dejamos hablar con honestidad en un entorno atlántico que adquiere ese carácter salino que tanto caracteriza a Mar de Frades. La filosofía atlántica de Mar de Frades se construye desde la autenticidad del entorno, desde la conexión profunda con el mar que nos rodea. Una apuesta por una viticultura que respeta el entorno y se traduce en vinos vibrantes, complejos y únicos.