1987
Un emprendedor gallego funda Mar de Frades en el corazón del Val do Salnés.
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Galicia es identidad, ensoñación, tradición y arraigo. Tierra de leyendas, de olor a hierba mojada, de color verde en su interior y azul profundo en su costa sinuosa y escarpada. Aquí, en el extremo más occidental de esta tierra se encuentra la D.O. Rías Baixas.
En toda su maravillosa diversidad, las Rías Baixas son un paraíso para la viña. El terroir vitícola es responsable de la identidad de las uvas autóctonas y de sus vinos. El clima es oceánico, suave y húmedo, con un registro de lluvias muy alto. Los suelos, arenosos, descansan sobre roca madre granítica. Y en este rincón del mundo, entre viñas emparradas, nacen nuestros vinos impregnados de salinidad, mineralidad y una alta acidez.
“Tenemos viñas y uvas excepcionales, paisajes extraordinarios y una cultura del vino de gran riqueza. Pero además contamos con un recurso esencial: el equipo profesional de Mar de Frades”
Paula lidera el equipo de bodega de Mar de Frades como gerente y enóloga, renovando en cada añada la energía y carácter de sus vinos. Para ella, la elaboración de grandes vinos blancos no tiene secretos. Formada en la Universidad de Santiago de Compostela, dirige Mar de Frades desde 2007. Años de trabajo, innovación y conocimiento del terroir y sus virtudes, han hecho de ella una de las más prestigiosas expertas en el albariño. En 2016, la revista británica Drinks Business la reconoció como una de las 10 mujeres enólogas más influyentes de España.
Mar de Frades cultiva viñedos propios en el Salnés y desde 2016 también en la Ribeira do Ulla, la subzona más al norte e interior de toda la denominación. Contamos con 60 ha propias y, además, colaboramos con 200 pequeños viticultores independientes. En todo el viñedo, trabajamos las vides con esmero y pasión, cuidando el entorno y los suelos, con el objetivo de obtener uvas de la máxima expresividad, equilibrio y pureza.
La esencia de nuestra bodega se inspira en la diversidad del Atlántico, su fuerza infinita, su enorme belleza y su aroma fresco y salino. Nuestro propósito: reflejar su carácter, personalidad y estilo en todo lo que hacemos.
Adaptamos la viticultura a las condiciones únicas del entorno atlántico, considerando factores como la humedad y los vientos marinos. Empleamos sistemas de conducción especiales y trabajo manual para una gestión precisa en el viñedo, buscando producir frutas de calidad excepcional que reflejen el espíritu del Atlántico.