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Porque cada vino debería degustarse en función de sus características organolépticas, te contamos cuál debería ser la elección de la perfecta copa para vino blanco
La mala elección de una copa a la hora de beber un vino puede arruinar incluso al más exquisito. Sí, como lo lees. Puede que tu no te des cuenta, pero los expertos y sumilleres se toman muy enserio este tema. ¿Sabrías decir cuál es la copa en la que se bebe el vino tinto? ¿Y la copa para el vino blanco? Si sigues leyendo encontrarás todas las respuestas.
De la misma forma que el vino debe tomarse a una temperatura concreta, se tiene en cuenta el olor del corcho al abrirlo o la añada de la que procede, la copa en la que se bebe un vino blanco, tinto o un champán, por ejemplo, son factores que afectan y mucho en la cata y degustación de un buen vino. Poca gente sabe lo importante que es el tipo de copa en la que te sirven el vino, de hecho, es un factor al que nunca le solemos prestar atención. Pero lo cierto es que, la elección errónea del contenedor y del contenido puede influir de una forma notable en la percepción del mismo.
Las copas de vino blanco son las más pequeñas de todas. Cuando te sientas en una mesa y tienes todas las copas frente a ti, has de tener en cuenta que la más grande es para el agua, la mediana para el vino tinto y la más “pequeña” para vino blanco. El diseño de las copas es fundamental para favorecer las cualidades organolépticas del vino, ayudando a realzar sus características en conjunto.
Las copas de vino no sólo sirven para beber, son el elemento a través del cual se expresa cada tipo de vino, de ahí la dificultad y la importancia que tiene esta vajilla dentro de una cata. Los vinos blancos cambian de sabor y olor en función del lugar donde se sirvan y, en función de su tipología, retienen o no los aromas y permitirá o no apreciar a primera instancia todos sus olores. A continuación unas pautas para aprender a elegir una copa para vino blanco.
Aunque lo esencial dentro del mundo del vino es que disfrutemos de él, hay que tener claro cuáles son las principales características y elementos de una copa de vino y cómo éstos influyen en su percepción a la hora de consumirlo.
Lo primero en lo que hay que fijarse es que la copa tenga el fondo curvado. ¿Existen copas planas? Sí, pero para beber vino lo ideal es una copa cuyo fondo sea redondeado con el fin de que el aire ayude a airear el vino, dejando que desarrolle su aroma correctamente. En cambio, la parte superior de la copa debe finalizar en forma cónica para que no se escapen los aromas fuera de ella.
En segundo lugar, es fundamental que la base y su tallo sean lo suficientemente anchos y alargados, respectivamente, como para que la mano no toque el cáliz. Si lo hace, el vino terminará por calentarse. Según lo establecido por el International Standard Organization, la medida estándar en copas es de 5 centímetros de alto pero en el mercado se pueden encontrar muchísimos tipos de copas diferentes en base a los gustos de cada uno.
Y, en tercero y último lugar, a la hora de elegir una copa para vino blanco, se debe tener en cuenta que el cristal sea completamente transparente y liso, con el objetivo de poder apreciar mejor la calidad y la brillantez del caldo que guarda en su interior.